miércoles, 2 de diciembre de 2015

Tras el 20-D hay que crear una alternativa democrática, no poliárquica

Por Javier Caso Iglesias | Analista Político

A/A de Podemos y de Unidad Popular

Manuel Sosa Aparicio ha creado en su facebook un espacio para opinar y leer argumentos, sobre qué votar el próximo 20-D, en cualquiera de las tres opciones que propone: Podemos, IU/PCE o voto Nulo o Blanco; Pues ello, nos dice, podría servir para que quienes nos debatimos entre esas opciones logremos decidirnos para el 20D.

Mi aportación a este espacio para opinar y leer argumentos es la siguiente:

Considero que hay mucha gente desencantada tanto con Podemos como con IU/PCE. Ni Podemos ni IU/PCE han sabido entender la demanda electoral existente ni en qué consiste, se dedican a caminar por los mismos lugares comunes de siempre y pastorear un espacio agotado políticamente. No han sabido entender qué quiso decir el 15-M y siguen ocupando el espacio de la autorepresentación. Podemos no es más que una IU/PCE algo renovada en su discurso pero con su misma metodología y así no se pasa del 15% de representación. Y con ese porcentaje no se gobierna ni se incide, simplemente se termina siendo muletilla pataleante de un sistema que por activa o por pasiva se le legitima desde esa marginalidad institucional.

En este artículo de mi blog lo explico con detalle: "El declive de Podemos", así como en otros en los que abordo este mismo tema (http://goo.gl/iWDmkr).

Por mi parte pienso que hay que crear una alternativa que nos agrupe a todos y dejarnos de tantas lamentaciones; pero una alternativa que no sea una nueva refundación del espacio político y electoral de la vieja izquierda que gusta al sistema. Esa vieja izquierda que confunde poliarquía con democracia y a la que muchos le seguimos gritando, como certeramente lo expresaba el 15-M, que "no nos representan". Una nueva alternativa que sea, como sugeriría Carlos Marx, firme en los principios y flexible en las formas. Los principios son las propuestas concretas, no esa repetición cansina de tópicos y mantras de la izquierda más vieja y casposa; eso no son principios, eso es un discurso que hay que cambiar por obsoleto y desfasado. No hay que confundir, por tanto, principios con discurso. Además, los principios se han de demostrar, fundamentalmente, en la metodología a la que el discurso se ha de poner a su servicio. Ese es el orden: Principios, Metodología y Discurso y no al revés como en el caso de la vieja izquierda fracasada. El problema de la vieja izquierda fracasada es que era bastante alérgica a pensar y muy dada a pelearse por canonjías en la que se perpetuaba cuatrienio tras cuatrienio.

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