domingo, 31 de marzo de 2013

Necesitamos a Ada Colau liderando una alternativa política


Por Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

La vieja izquierda tradicional ha muerto. No está ni se la espera. Mientras la derecha campa por sus respetos, la vieja izquierda tradicional se dedica a ofrecerse para, como en Andalucía o en Extremadura, gestionar el sistema al servicio de la Troika Comunitaria usando vaselina.

Están acabados. No nos representan. La última encuesta electoral, la de IOP realizada por Simple Lógica, partner de GALLUP en España, lo dice alto y claro. El PSOE pierde la mitad de su electorado que no recala en las otras opciones de la vieja izquierda tradicional, sino que se va directamente a la abstención. Abstención que representa ya a un 52% del electorado. O sea, ya hay en España más ciudadanos ubicados en la abstención que los que van a depositar su voto en una urna. Esto evidencia otra realidad, no solo la vieja izquierda tradicional ha muerto; también ha muerto la democracia "representativa" partitocrática que hasta ahora soportábamos.

Como proclama Beppe Grillo y el Movimiento 5 Estrellas en Italia: ¡Que se vayan, que se vayan todos! ¡No nos representan!

Esta democracia hay que reiniciarla desde la ciudadanía. Ya está bien de partitocracias, ya está bien de etiquetas e "ideologías" atontadoras de conciencias y ocultadoras de la realidad. A los hechos mismos. Tomemos las calles pero también las instituciones. Conformemos una Plataforma Ciudadana de Emergencia a modo electoral e irrumpamos en las instituciones. Necesitamos gente nueva, sabia nueva; nos sobran los discursos almidonados y engolados. Lo que queremos es que la calle, la gente de la calle, los ciudadanos de a pie, estén fielmente representados en las instituciones; y, para ello, nada mejor que confiar en quienes lideran nuestras luchas.

Por ello, como ciudadanos, necesitamos a personas como Ada Colau liderando una alternativa política que incluya y articule a los de abajo frente a los de arriba (partitocracias incluídas). Necesitamos articular, si queremos recuperar todos los derechos que nos están arrebatado (educación, sanidad, vivienda, libertades, ...) un espacio de insumisión a las políticas de la Unión Europea y a los gobiernos de turno que se suceden en España y que la avalan; como certeramente indica el analista político Jaime Miquel Andrada, “los electores no se dividen ya entre los que son de  izquierdas y los que son de derechas, pues la dialéctica izquierda-derecha se quedó en el siglo XX; lo hacen ahora entre los que son sumisos a las políticas de la Unión Europea, que es quien tiene el mando, o insumisos a estas, y en consecuencia a los gobiernos de turno que haya en España”.

Adelante por tanto, los que estemos convencidos pongámonos en marcha y vayamos yendo, los demás ya llegarán.

viernes, 29 de marzo de 2013

El sondeo electoral de IOP presagia el fin de las partitocracias al servicio del sistema


Por Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

Según los datos que se reflejan en el último sondeo del servicio de Índices de Opinión Pública (IOP), realizada por Simple  Lógica, partner de GALLUP en España; menos del 20 por ciento de los ciudadanos aprueba la actuación de Mariano Rajoy, sólo el  10,9 por ciento aprueba la del principal dirigente de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba y ni siquiera llega al 18 por  ciento la cifra de los que apoya la de Cayo Lara.

VOTARÍAN MENOS DE LA MITAD. Estos datos negativos sobre la valoración de los líderes políticos tiene su correlación también  con los malos resultados que arroja la pregunta a los ciudadanos sobre si apoyarían a alguna fuerza política con su voto o  no. Sólo el 48,3 por ciento de los ciudadanos estaría dispuesto a apoyar a un partido, de celebrarse elecciones generales.

PP Y PSOE PIERDEN 20 PUNTOS ENTRE LOS DOS. Tanto en el caso del PP como en el del PSOE, el estudio destaca la "baja tasa de  fidelidad de voto que tienen ahora". En ambos casos representan "menos de la mitad de quienes les votaron en 2011 los que  ahora declaran que volverían a hacerlo".

En conclusión, el 51,7 % de los ciudadanos optan por la abstención. Más claro que el agua.

El modelo de partitocracias al servicio de los mercados financieros especulativos toca a su fin. Los ciudadanos del sur de  Europa lo tienen claro. En Grecia surge una Syriza que no significa el reforzamiento de los viejos partidos (ND-PASOK-KKE),  en Italia se conforma un movimiento (M5S) a modo electoral que hace ver que Bersani (PD) y Berlusconi (PdL) son más de lo  mismo, esto es, los garantes que en las últimas décadas ha tenido un sistema al servicio de los mercados financieros  especulativos.

En el estado Español acontecerá lo mismo. Eso es lo que significa ese casi 52% de ciudadanos que manifiesta abiertamente que  se abstiene y no se siente representado por las actuales partiticracias surgidas de los pactos de la transición. Unos pactos  que, por las consecuencias que observamos, solo beneficiaron a los de siempre y a aquellos partidos que los sirvieron como  mamporreros.

Ahora de lo que se trata es de conformar un espacio político similar a la Syriza griega o al Movimiento 5 Estrellas italiano.  Un espacio que se constituya a modo electoral y reinicie nuestra democracia limpiando sus instituciones de virus maliciosos. Hay que hacer una limpia a fondo, tanto en las formas como en el fondo. Una limpia radical que no deje nada que nos recuerde  a este modo fracasado de hacer las cosas que llevamos soportando las últimas décadas.

Y una de las limpias fundamentales que ha de hacer la ciudadanía es el de ese fetichismo obturador de sus propias conciencias  al que se llama IDEOLOGÍA. Este ha sido el mal fundamental que ha tenido hipnotizada a la ciudadanía y que la ha hecho dejar  de creer en sí misma. Las ideologías no son más que la sombra que proyecta un objeto que se coloca delante de una fuente de  luz. De lo que hay que preocuparse no es de la sombra, sino del objeto que proyecta la sombra. Lo mismo ha ocurrido con los  partidos políticos, los cuales ha pasado de ser herramientas para conseguir un resultado a fines en sí mismos; esto es: los  hemos convertido en fetiches.

Para afrontar, como ciudadanos, esta situación con éxito nos tenemos que desembarazar, desintoxicar, de esta adicción a los  fetiches. Las ideologías son sombras, los partidos son sombras, los términos, los conceptos, también son sombras. Esto es, un  simple reflejo.

Como alguien dijo "No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que  determina su conciencia". "No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia". Solo  desde este punto "que corresponde a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia  solamente como su conciencia". "La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia  que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio  desarrollo".

Pongamos, por tanto, la centralidad en la vida, en los seres humanos reales vivientes. Satisfagamos sus necesidades reales de  trabajo, vivienda, educación, sanidad, coparticipación y transparencia en la forma de hacer las cosas. Dejémonos de  fantasmagorías ideológicas y espejismos que no llevan a ninguna parte. Hagamos como Ulises. Para poder llegar a Itaca nos  tenemos que tapar los oídos de los cantos de las Sirenas y aferrarnos a la praxis poniendo rumbo, con nuestros comportamientos y hechos (siguiendo el ejemplo de ese Movimiento Ciudadano que es Compromís), a nuestro objetivo.

jueves, 28 de marzo de 2013

La radicalidad democrática es la única apuesta política viable


Por Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

Vivimos en una etapa en la que la parte más activa de la ciudadanía apuesta por la radicalidad democrática.

Una radicalidad democrática que la vieja izquierda política no entiende ni defiende. Radicalidad democrática en todos los ámbitos, tanto sociales como laborales, políticos e institucionales. Se trata de un cambio en la forma de relacionarnos.

En el momento actual estamos desembarazándonos del modelo fordista en el ámbito político e institucional, también lo haremos en el productivo-laboral. Tendemos a establecer un modelo nuevo de relaciones sociales entre los seres humanos. Y la apuesta, la única posible, es la radicalidad democrática.

Eso es lo que representa Syriza y el Movimiento 5 Estrellas. Esta radicalidad democrática no la encarna ni el PASOK griego ni el KKE; como tampoco la encarna la coalición de izquierdas de Bersani en Italia. Todo esto es lo viejo que ha de ser trascendido. En el Estado español tampoco representan esta radicalidad democrática las viejas partitocracias de la izquierda, ni el PSOE, ni IU-PCE, ni tampoco ICV-EUiA.

En Grecia esa radicalidad democrática y sin complejos la representa Syriza, una Syriza que no es ni PASOK ni el KKE; en Italia esa radicalidad democrática y sin complejos la representa el Movimiento 5 Estrellas que no es Bersani ni las organizaciones títere del sistema que le acompañan. Tanto en Grecia como en Italia las viejas partitocracias tienden a unirse en un proyecto único, así lo impone la Unión Europea: En Grecia ND-PASOK y en Italia PdL-PD. Berlusconi ya ha lanzado esa propuesta a Bersani.

El PSOE es obvio que no ocupa ese espacio de ruptura democrática frente a los partidos del sistema, como tampoco lo ocupa la otra pata de la vieja izquierda tradicional y conservadora que es la IU-PCE y, para decir esto, a las evidencias me remito: En Andalucía es la muletilla del PSOE, en Extremadura la muletilla del PP y en Asturias está igual que a nivel del estado, ausente y sin liderar un proceso de acumulación de fuerzas que inviertan la situación. La única vida que percibimos en IU-PCE es la relativa a la autorepresentación de sus estructuras en el ámbito institucional.

Por todo ello a nivel estatal deberá surgir, surgirá antes o después, una plataforma de emergencia, a modo electoral, que lidere políticamente la indignación. Pues la vieja izquierda tradicional (PSOE e IU-PCE) no está demostrando capacidad ni legitimidad para hacerlo.

sábado, 23 de marzo de 2013

Pongamos que hablo del PSOE de Plasencia

Cada día los ciudadanos de Plasencia, al igual que está ocurriendo a nivel regional, nacional e incluso europeo, somos más conscientes que tenemos que empezar a hacer las cosas por nosotros mismos al margen de las partitocracias que, hasta ahora, han estado vigilando y controlando, como si de un "Gran Hermano" orwelliano se tratara, nuestras vidas y decisiones.

El PP de Fernándo Pizarro está como el PSOE local, esto es, como si caminara disuelto o en proceso de extinción; pues ni está ni se le espera. Igual que Monago y la muletilla política en la que se apoya para gobernar, esto es, ubicados en la pusilanimidad más absoluta.

Por otra parte decir que lo del PSOE de Plasencia clama al cielo. Ahora que empezaban a ir bien las cosas, una vez que un grupo de personas cercanas a la ciudadanía, lideradas por Rosa Delgado y regidas por criterios de transparencia y honorabilidad, se hacen con las riendas de la agrupación local -tras la nefanda etapa de Elia Mª Blanco-, aparecen las  huestes provinciales de Miguel Ángel Morales, las regionales de Guillermo Fernández Vara y las nacionales del maestro del embeleco Rubalcaba y arrasan con el proceso de regeneración democrática del PSOE de Plasencia.

Pero esto no debería de quedar así, pues hemos sido muchos placentinos damnificados por este tipo de razias de los gerifaltes del pesebre y la mamandurria del PSOE. A algunos nos devolvieron hasta las cuotas que pagamos cuando pretendimos participar en ese partido para regenerarlo desde dentro. (http://goo.gl/8gmml). Ahora más de 300 militantes, de una de las agrupaciones más antiguas de Extremadura, se ven en la calle por querer transformar el PSOE, desde dentro, en un instrumento al servicio de la ciudadanía.

Ya está bien, ya está bien de este tipo de comportamientos de los amigos de maestro del embeleco Rubalcaba, ya está bien de las políticas de encargo al servicio de los de siempre, ya está bien de intentar ahormar un partido para que sirva a los de siempre y a sus amigos. De arriba a abajo todo se pone al servicio de esos que "se lo llevan calentito". Como el amigo de Guillermo Fernández Vara, el Presidente de Caja de Extremadura que es militante del PSOE y ex concejal de este partido en Plasencia; el cual en noviembre del año pasado nos aseguraba que no cobraba "nada" y ahora descubrimos que en nueve meses del ejercicio 2012 recibió 219.400 euros. Todo más de lo mismo, como lo son los Solbes, los Solchagas, las Salgados, los Boyer, etc... Esos que anunciaban a los especuladores que España era "el país donde uno se puede hacer rico más rápidamente". Así nos va ahora con esas políticas de encargo al servicio de la especulación inmobiliaria y bursátil. Políticas al servicio de los Botín y de los indultados por ZP como el banquero condenado penal Alfredo Sáenz (vicepresidente 2º del Banco Santander).

Ya está bien, hemos de reaccionar. Ya saben esos 300 militantes de base honrados y no imputados del PSOE de Plasencia que me tienen a su disposición, así como a Convergencia por Extremadura (CEx Plasencia) y a Iniciativa Socialista de Extremadura (ISEx). Se hace necesario, en Plasencia, conformar un movimiento ciudadano social y político; un espacio para el encuentro y la alternativa. Un lugar abierto y participativo que incluso pueda articularse a modo electoral y convertirse en la llave (y en la guía) de este deslavazado Ayuntamiento de Plasencia al que las partitocracias del PP y del PSOE han desprestigiado y deslegitimado.

Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

viernes, 22 de marzo de 2013

Ni IU-PCE ni Espacio Plural. Lo que necesitamos es un ANOVA-Compromís

Jaime Miquel lo que pretende con su artículo titulado "La sentencia sobre las hipotecas y la izquierda" (http://goo.gl/Zw5pU) es hacernos pensar. Como diría Goethe, hasta que el mundo de las formas no se convierte en alegoría no cobra sentido y significado para el ser humano.

Yo lo interpreto de la siguiente manera, delante de nosotros tenemos dos formas de responder a lo que está ocurriendo. O lo hacemos como Grecia o como Italia. Si no somos capaces de conformar una Syriza como en Grecia, una Syriza que no suponga el reforzamiento del KKE; pues tendremos un Beppe Grillo como en Italia.

Estas son las dos únicas alternativas. En el Estado español tenemos una IU-PCE que es como el KKE en Grecia. Y luego tenemos una serie de izquierdas alternativas atomizadas y autonómicas que no terminan de articularse para conformar algo similar a la Syriza Griega o a la Anova de Galicia.

Como decía ayer a un compañero de Construyendo la Izquierda, lo primero que tenemos que hacer nosotros es organizar nuestra casa. Ahora no toca pensar en IU-PCE ni en sumar con IU-PCE, no es el momento, pues nos arrollarían. Ahora es el momento de autoorganizarnos nosotros con las familias políticas que nos son propias. Primero comenzando un diálogo con la Coalición Compromís y con Espacio Plural. Con la Coalición Compromís, como organización hermana (así la sentimos), intentando con ellos marcar una hoja de ruta igual para todo el Estado español. Y con Espacio Plural para tratar de influir y reorientar su estrategia para que no sean una Izquierda-Unida-Segunda-Parte-Lavada-y-Aseada. Hay que hacer que Espacio Plural deje su postmodernismo de gente guapa y de diseño y se ponga a conformar una estrategia política federal/confederal, a nivel de Estado español, similar a lo que representa la Coalición Compromís en el País Valencià. Hay que construir una organización política federal/confederal, en el ámbito del Estado español, para dar el sorpasso al PSOE socioliberal.

Desde mi punto de vista lo de IU-PCE es otra cosa. Más que sumar nos lastraría. Solo se podría plantear algo con IU-PCE (yo no lo recomiendo) cuando fuéramos, como ANOVA, cuatro o cinco veces más grandes que IU-PCE e IU-PCE asumiera subsumirse en un proyecto liderado por una cultura política democrática y transparente. Desde mi punto de vista, IU-PCE es como el KKE griego. Una Syriza no puede sumar con ellos.

Insisto, si se deseara conformar un Frente Amplio que incluyera a la IU-PCE, habría que ser como ANOVA, esto es, cuatro o cinco veces más grande que IU-PCE en influencia política y en número de militantes y votos. A IU-PCE hay que embridarla, de no ser así esa cultura política de IU-PCE escasamente democrática y participativa nos arrollará a los demás. IU-PCE no puede ostentar la hegemonía en un proyecto de este tipo, pues lo lastraría. Si no es así, si no se hace como la AGE, mejor optar por una Syriza que no incluya el KKE. Es por esto que ahora nos tendríamos que poner a crear nuestra ANOVA particular. Una ANOVA de ámbito estatal de carácter federal/confederal. O una ANOMA o un Compromís de ámbito estatal y que agrupe a todas las culturas y tradiciones democráticas de la izquierda alternativa y a los movimientos ciudadanos de ruptura. Una ANOVA o un Compromís estatal, de carácter federal/confederal, que no incluya al KKE, o sea, a la IU-PCE.

A eso es a lo que me refiero cuando manifiesto mis recelos en relación a IU-PCE. IU-PCE primero se tiene que refundar a sí misma. Erradicar de su seno esa cultura política escasamente democrática y regenerarse. Y aclarar luego su política de alianzas. No se puede ser el balón de oxígeno del PPSOE. No se puede estar justificando las políticas de recortes del PSOE socioliberal en Andalucía y las políticas de recortes del PP en Extremadura. O dejar hacer como en Asturias y en otras comunidades autónomas.

Es obvio que IU-PCE también tendría que superar su soberbia de creerse el ombligo de la izquierda. Así no se avanza. Se le ha de dar una lección para que gane en humildad. Para mi lo importante no es dónde esté agrupada la IU-PCE a nivel europeo (PIE), sino su comportamiento político concreto allí dónde actúa. De esto no hablo de oídas, son muchos los años de soportar internamente esta cultura sectaria de IU-PCE. Es una cultura política que hay que rechazar de plano, no se puede convivir con quienes no creen en la participación ni en una verdadera democracia que tenga en cuenta la diversidad. Los partidos vanguardias anclados en el centralismo autoritario no deben de tener cabida en un Frente Amplio que persiga ampliar derechos democráticos.

Por todo lo dicho reitero que a mi esa familia política, la IU-PCE, ni me integra ni me representa. Tiene su espacio político, pero es un espacio político diferente al que a mi me gustaría construir agrupando a todas las culturas y tradiciones democráticas de la izquierda alternativa y a los movimientos ciudadanos de ruptura. El espacio político que necesitamos es un espacio político que sustituya al PSOE socioliberal al que la ciudadanía ha puesto en caída libre.

Necesitamos crear un espacio político verdaderamente democrático y social que ocupe lo que el PSOE, por su deriva neoliberal, ha dejado de representar. Ese espacio político nunca lo podrá representar la IU-PCE del 10-15%. Cada cultura política tiene su techo electoral y con la cultura política de IU-PCE, por mucho que se la adorne, no se llega muy lejos. Es vieja izquierda tradicional y conservadora como lo es el PSOE socioliberal. Es una partitocracia con todas las limitaciones que estas tienen para desarrollarse y representar a los ciudadanos del siglo XXI.

Quién se sienta cómodo en IU-PCE que se quede en IU-PCE (nosotros no lo necesitamos), pero los demás hemos de conformar un referente político e institucional que nos represente, pues, como digo, la vieja izquierda tradicional y conservadora, encarnada por el PSOE y por IU-PCE, ni nos integra ni nos representa. Sumar con IU-PCE, igual que sumar con el PSOE, es hacer un popurrí de viejos temas que no llegan -cada día es más evidentes- que a grupos marginales de nostálgicos.

Como siempre digo estas son mis ideas que dejo a vuestro mejor criterio.

Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

miércoles, 20 de marzo de 2013

Sí, pero no. un Frente Amplio con IU-PCE es una especie de espejismo político que no va a llegar a ninguna parte

Me parecen muy loables los intentos que se hacen por favorecer una coalición de la Izquierda Plural Alternativa y de los movimientos ciudadanos de ruptura con IU-PCE, igual que me parecen muy loables los intentos por conformar un Frente Amplio con IU-PCE; pero pienso que nos estamos moviendo en una especie de espejismo político que no va a llegar a ninguna parte.

Algunas fuerzas políticas ya se han dado cuenta que IU-PCE es una cultura política muy peculiar que no está llamada a jugar ningún papel relevante en el nuevo reinicio de la democracia que la ciudadanía está demandando a gritos. En la actualidad conservan su espacio político, igual que el PSOE, por que la mayoría de los activistas políticos de la izquierda están a verlas venir y andan bastantes desorientados sin saber qué hacer.

IU-PCE no ha servido más que como balón de oxígeno permanente de un PSOE socioliberal. Pero ahora ya no estamos por esto. La ciudadanía demanda otras cosas. Ya no estamos solo contra "la derecha", sino contra un sistema político, social y económico injusto que las partitocracias del siglo XX han ayudado a conservar y fortalecer. Partitocracias del siglo XX entre las que, como ciudadanos, incluimos a IU-PCE.

Esto hay que reiniciarlo y hay que hacerlo con convencimiento. No intentando hacer un popurrí de temas antiguos para captar aún una parte del pastel electoral, la parte del pastel de los que viven en la añoranza de los tiempos pasados o en la autorepresentación.

Como digo el Frente Amplio es una especie de espejismo político que sufren los que aún están en travesía por el desierto. Pero es eso, un espejismo, pues la cultura política hegemónica de IU-PCE no entiende los nuevos tiempos ni las nuevas formas de relacionarse. Su paradigma es viejo y obsoleto. Siguen ubicados en las prácticas torticeras de la suspicacia, del recelo, del control, del tapujo, de la intriga política y del maniobrerismo tacticista.

Además, IU-PCE es una organización sin verdadera vocación de gobierno; el perfil político medio de sus dirigentes evidencia una vocación de oposición permanente, cuando no de entrega incondicional. No encuentran el punto medio. Su personalidad política es muy floja, cuando no inexistente. Lo mismo se radicalizan irracionalmente en la oposición más antagónica que pactan y consienten tranquilamente políticas de recortes con el PSOE (Andalucía) que con el PP (Extremadura).

Hay que empezar a entender que las viejas herramientas políticas del siglo XX ya no nos valen. Hay que ponerse a otra cosa. Europa nos está dando claros ejemplos de ello. Estos son tiempos en que la ciudadanía ha de jugar un papel más activo y permanente. Las cosas cambian y cambian deprisa, incluso en Italia la ciudadanía está redefiniendo al Movimiento 5 Estrellas; haciendo entender que no es Beppe Grillo el que ha de marcar la estrategia, sino la propia ciudadanía siendo consultada; si contamos con herramientas tecnológicas que lo posibilitan hemos de hacerlo posible.

Como decía el genio renacentista Leonardo da Vinci “No estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época”. O lo que es lo mismo, expresado esta vez con una frase de Albert Einstein: "Si queremos resultados diferentes, no sigamos haciendo lo mismo".

Como siempre digo estas son mis ideas que dejo a vuestro mejor criterio.

Recibid un abrazo.

Atentamente,
Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

viernes, 8 de marzo de 2013

No es antipolítica, es contrapolítica; o sea, contra la política de los de siempre

Gaspar Llamazares, diputado y portavoz de Izquierda Abierta, y José Mendi, coordinador de comunicación y redes de Izquierda Abierta, han escrito un artículo titulado "Si estamos de acuerdo, ¿por qué no estamos de acuerdo?" (http://goo.gl/yLChS).

En este artículo se dice algo muy certero, es lo siguiente: "O nos sumamos a la realidad o la realidad nos subsumirá como residuos de difícil reciclaje".

Yo creo que, visto el comportamiento político de la vieja izquierda tradicional estamos más en el segundo momento que en el primero; o sea, que lo más probable es que la realidad subsuma a la vieja izquierda tradicional como un residuo de difícil reciclaje.

Jaime Miquel lo decía alto y claro en la crónica que nos ofrecía en el diario La Voz de Galicia titulada "Para llamarlo antipolítica, mejor quedarse callado" (http://goo.gl/5pBtf).

En ese artículo decía Jaime Miquel que el bipartidismo terminó en mayo del 2010. Para situarnos, el PP ha perdido 3,9 millones de votos desde el año 2011, pero el PSOE 5 millones desde el 2008; el grueso de estos electores están en la abstención: en la antipolítica. Para, a continuación añadir, cito literalmente: "Imaginemos ahora que los promotores de la ILP relativa a los desahucios admitida a trámite, los damnificados de las preferentes y, en general, quien quiera apuntarse, buscan a Jordi Évole el Follonero y lo convencen de que los represente en las elecciones europeas del 2014. Es así de simple: esa candidatura podría tener tantos votos como el PSOE o el PP, igual que Beppe Grillo en Italia. Ya está visualizado, ahora restemos un 25 % de los votos válidos a los partidos de la política formal, porque ya estamos en las elecciones generales del 2015, y el PP y el PSOE tendrán que sumar sus escaños y terminar de destruirse en términos electorales, como en Grecia el Pasok y Nueva Democracia y en Italia la coalición de Bersani con la de Berlusconi. Para eso están, para gestionar la política unificada de la Unión Europea sobre la región con todos los socios que quieran, como IU en Andalucía, que gestione el que sea pero cumpliendo. La antipolítica es la oposición frontal a todo un sistema de poder, algo mucho más serio que elegir payasos".

Ante esta realidad, el último párrafo del artículo de Enric Morera, Portavoz de Compromís, Cortes Valencianas, titulado "Llámenlo antipolítica o populismo, sólo es decencia" (http://goo.gl/egZzf) es muy clarificador de qué hay que hacer y dónde hay que situarse para estar en la contrapolitica; o sea, contra la política de los de siempre:

"Las políticas de la Unión Europea sobre el sur de Europa han pulverizado ya dos sistemas electorales, el siguiente será el español. Esto no son conjeturas, en las elecciones europeas del 2014, si no antes, visualizaremos una altísima abstención y la fragmentación del sistema con la irrupción de candidaturas que ahora desconocemos, como un arrollador Compromiso por Europa, pongamos por caso. Ya se concretará, porque Compromís lidera ya la ruptura en España, con eso que llaman los medios del sistema populismo, anti política, populismo o radicalismo izquierdista, no se asusten tanto porque sólo es decencia."

Como siempre digo estas son mis ideas (expresadas en esta ocasión por lo que dicen otros compañeros de viaje) y que dejo a vuestro mejor criterio.

Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social

viernes, 1 de marzo de 2013

La radicalidad democrática es la apuesta política de los espacios ciudadanos de ruptura

Esta debería de ser una de nuestras prioridades en el momento presente, la relativa al análisis de qué está pasando y cómo abordarlo con una estrategia y metodología adecuada, y aglutinadora, que nos posibilite sumar juntos en una alternativa política que nos represente fielmente a ese 99% de la población que, actualmente, estamos huérfanos de referente político e institucional.

Pero para ello se necesita que clarifiquemos qué se ha de unir, pues no todas las culturas políticas que se denominan "izquierda" son compatibles.

Vivimos en una etapa en la que la parte más activa de la ciudadanía apuesta por la radicalidad democrática.

Una radicalidad democrática que la vieja izquierda política no entiende ni defiende. Radicalidad democrática en todos los ámbitos, tanto sociales como laborales, políticos e institucionales. Se trata de un cambio en la forma de relacionarnos. Como establece esa "diabólica" dialéctica de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción que descubriera Carlos Marx, al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad (entre ellas la ciencia y la tecnología) entran en contradicción con las relaciones sociales y de producción existentes (forma cómo nos relacionamos y producimos).

En el momento actual estamos desembarazándonos del modelo fordista en el ámbito político e institucional, también lo haremos en el productivo. Tendemos a establecer un modelo nuevo de relaciones sociales y de producción. La apuesta de los desposeídos de los medios de producción es, actualmente, la radicalidad democrática. Esto es, la socialización. Eso es lo que representa Syriza y el Movimiento 5 Estrellas. Esta radicalidad democrática no la encarna ni el PASOK griego ni el KKE; como tampoco la encarna la coalición de izquierdas de Bersani en Italia. Todo esto es lo viejo que ha de ser trascendido. En el Estado español tampoco representan esta radicalidad democrática las viejas partitocracias de la izquierda, ni el PSOE, ni IU-PCE, ni tampoco ICV-EUiA.

Mi frustración en relación al acto de Sevilla de Espacio Plural surge de ahí. Allí no percibí una apuesta clara por liderar ese proceso de radicalidad democrática que se está demandando por la ciudadanía más activa, comprometida y consciente. Observé un Espacio Plural cuyo propósito es construir una Izquierda Unida lavada y aseada (nacionalista y ecoidentitaria) pero con el único fin de autorepresentarse.

En Grecia esa radicalidad democrática y sin complejos la representa Syriza, una Syriza que no es el KKE; en Italia esa radicalidad democrática y sin complejos la representa el Movimiento 5 Estrellas. Tanto el Grecia como en Italia las viejas partitocracias tienden a unirse en un proyecto único, así lo mandata la Unión Europea: En Grecia ND-PASOK y en Italia PdL-PD. Berlusconi ya ha lanzado esa propuesta a Bersani.

Compromís también lo ha dicho, en Valencia lo más probable es que PP-PSOE tiendan a ello. Pues Compromís está ubicado en ese espacio de radicalidad democrática frente a los partidos del sistema.

IU-PCE no ocupa ese espacio de ruptura democrática frente a los partidos del sistema y a las evidencias me remito. En Andalucía es la muletilla del PSOE, en Extremadura la muletilla del PP y en Asturias está igual que a nivel del estado, ausente y sin liderar un proceso de acumulación de fuerzas que inviertan la situación. La única vida que percibimos en IU-PCE es la misma que se aprecia en ICV-EUiA, la de la autorepresentación de sus estructuras en el ámbito institucional.

A nivel estatal debería surgir, surgirá antes o después, una plataforma de emergencia, a modo electoral, que lidere políticamente la indignación. Pues la vieja izquierda tradicional (PSOE, IU-PCE o EP) no está demostrando capacidad ni legitimidad para hacerlo.

Como siempre digo estas son mis ideas que dejo a vuestro mejor criterio.

Recibid un abrazo.

Atentamente,
Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social