Por Javier Caso Iglesias | Analista Político
Divide y vencerás. En latín, Divide et vinces.
Izquierda Unida (IU) es ya inviable y tanto Alberto Garzón como Gaspar Llamazares lo saben. El problema es que son sensibilidades incompatibles, de ahí que cada cual esté trabajando en sus propias estrategias (http://goo.gl/IdOBGV). Pero, pienso, que los dos se equivocan. Del problema de la izquierda no se sale por la izquierda. Sino por abajo. Eso es lo que debe de entender también Pablo Iglesias y Podemos.
Mientras esto no se entienda y comprendan, estos dirigentes políticos, que hay que impulsar un verdadero proceso de empoderamiento de la ciudadanía que sea democrático y no poliárquico, estarán dividiéndose hasta el infinito y más allá.
El modelo poliárquico en el que se asientan solo genera fisión. Para hacer fusión hay que asentarse en la democracia que no es lo mismo que el criterio de la "mayoría". En varios artículos de mi blog explico las diferencias. En el que escribí hace un par de días también lo hago (http://goo.gl/zCpzWf). Pero no terminan de entenderlo y eso que se los envío personalmente a todos/as ellos/as.
Y ya que estamos decir que otra cosa que no entienden es que la democracia es incompatible con ese blindaje que todos practican de sus huestes. Todos desean el poder para su grupo de influencia y blindan lealtades a través de liberaciones y ofrecimientos de cargos políticos, institucionales o de asesoramiento técnico. Ninguno se cree lo que dice. Sus egos y sus canonjías están por delante del bien común. Ante esta situación no nos queda otra, a los ciudadanos, que la abstención activa. Pues la psicología demuestra científicamente que si se los refuerza votándolos, aunque sea con la nariz tapada seguirán eternamente instalados en sus comportamientos y haciendo lo mismo de siempre. Dejando que nos gobiernen los de arriba.
Lo mejor es que la vieja izquierda desaparezca del mapa político cuanto antes, así que les deseo suerte en su eterna división.
Y dentro de la calificación de vieja izquierda incluyo tanto a IU como a los experimentos de Alberto Garzón, Llamazares, el otro Garzón, Baltasar, e incluso al actual Podemos de Pablo Iglesias. Las encuestas ya los ubican, a todos ellos, en la marginalidad del sistema de representación como se tienen merecido. A ver si después del 20-D se enteran todos que lo que hay que hacer es lo que Manuela Carmena y Ada Colau proponen y que es algo muy diferente y antagónico a los cambalaches de los Garzones y de los Pablos.
Pienso que las diferentes facciones de "izquierdas" le están haciendo el juego al sistema. Igual que Pablo Iglesias con esa desacertada línea de actuación en la que ha renunciado a un verdadero cambio democrático de calidad. Si no lo ha llevado a cabo dentro de Podemos (listas y programas plancha, puestos VIP reservados en las candidaturas, etc...) difícilmente lo hará fuera y eso la gente lo percibe. De ahí esos malos resultados que le dan todas las encuestas, en especial las últimas publicadas (13% o 14% como mucho). Esperemos que pronto se den cuenta del error y vuelvan a la senda por la que caminan con paso firme Manuela Carmena y Ada Colau. La senda del empoderamiento ciudadano y no el de las cúpulas dirigentes.
Divide y vencerás. En latín, Divide et vinces.
Izquierda Unida (IU) es ya inviable y tanto Alberto Garzón como Gaspar Llamazares lo saben. El problema es que son sensibilidades incompatibles, de ahí que cada cual esté trabajando en sus propias estrategias (http://goo.gl/IdOBGV). Pero, pienso, que los dos se equivocan. Del problema de la izquierda no se sale por la izquierda. Sino por abajo. Eso es lo que debe de entender también Pablo Iglesias y Podemos.
Mientras esto no se entienda y comprendan, estos dirigentes políticos, que hay que impulsar un verdadero proceso de empoderamiento de la ciudadanía que sea democrático y no poliárquico, estarán dividiéndose hasta el infinito y más allá.
El modelo poliárquico en el que se asientan solo genera fisión. Para hacer fusión hay que asentarse en la democracia que no es lo mismo que el criterio de la "mayoría". En varios artículos de mi blog explico las diferencias. En el que escribí hace un par de días también lo hago (http://goo.gl/zCpzWf). Pero no terminan de entenderlo y eso que se los envío personalmente a todos/as ellos/as.
Y ya que estamos decir que otra cosa que no entienden es que la democracia es incompatible con ese blindaje que todos practican de sus huestes. Todos desean el poder para su grupo de influencia y blindan lealtades a través de liberaciones y ofrecimientos de cargos políticos, institucionales o de asesoramiento técnico. Ninguno se cree lo que dice. Sus egos y sus canonjías están por delante del bien común. Ante esta situación no nos queda otra, a los ciudadanos, que la abstención activa. Pues la psicología demuestra científicamente que si se los refuerza votándolos, aunque sea con la nariz tapada seguirán eternamente instalados en sus comportamientos y haciendo lo mismo de siempre. Dejando que nos gobiernen los de arriba.
Lo mejor es que la vieja izquierda desaparezca del mapa político cuanto antes, así que les deseo suerte en su eterna división.
Y dentro de la calificación de vieja izquierda incluyo tanto a IU como a los experimentos de Alberto Garzón, Llamazares, el otro Garzón, Baltasar, e incluso al actual Podemos de Pablo Iglesias. Las encuestas ya los ubican, a todos ellos, en la marginalidad del sistema de representación como se tienen merecido. A ver si después del 20-D se enteran todos que lo que hay que hacer es lo que Manuela Carmena y Ada Colau proponen y que es algo muy diferente y antagónico a los cambalaches de los Garzones y de los Pablos.
Pienso que las diferentes facciones de "izquierdas" le están haciendo el juego al sistema. Igual que Pablo Iglesias con esa desacertada línea de actuación en la que ha renunciado a un verdadero cambio democrático de calidad. Si no lo ha llevado a cabo dentro de Podemos (listas y programas plancha, puestos VIP reservados en las candidaturas, etc...) difícilmente lo hará fuera y eso la gente lo percibe. De ahí esos malos resultados que le dan todas las encuestas, en especial las últimas publicadas (13% o 14% como mucho). Esperemos que pronto se den cuenta del error y vuelvan a la senda por la que caminan con paso firme Manuela Carmena y Ada Colau. La senda del empoderamiento ciudadano y no el de las cúpulas dirigentes.
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